Esta experiencia surge para dar vida a la expresión de paz que fluye al regresar a nuestros orígenes, tras perdemos dentro de nuestra realidad. La necesidad de contárselo a uno mismo, enlazando el pensamiento con las manos, genera la unión sutil entre la tierra roja y la piel, a modo de metáfora donde confluyen la memoria y el presente.
Así, nos desplazamos dentro de nuestros recuerdos tanteando con prudencia nuestras intimidades. Conscientes, establecemos un vínculo entre lo que somos y lo que fuimos. Es mucha pretensión, es un reto. Volver a sentir la mano de mi padre, fuerte, protectora, el calor del sol, el olor de las raíces de los árboles, volver.
Reinventar las relaciones humanas y regresar a la humildad del hombre saliendo del centro del mundo; pero todo es mucho más sencillo: establecer un vínculo entre lo que somos y lo que fuimos.
Sólo es volver.
Esta idea abrazada por mi tantas veces, me lleva a lanzarme a la búsqueda intencionada del color exacto, de unos recursos plásticos visibles y tranquilizadores, consiguiendo que la substancia de la materia trascienda hasta nuestro sentido. La materia: pigmentos, tintas, papel, carbón, cera, de origen natural.
Quiero conectar así, las imágenes que proyecto con el espectador, entre la abstracción y la imagen fotográfica, arrancando la esencia de una para llevarla a la otra y provocando asociaciones entre lo inmaterial y lo real; entre la evidencia y lo oculto, de lo más liviano a la contundencia.
Lucía Hervás Asins

dibujo vegetal 29,5 x 42 - técnica mixta s/papel

Origen tierra 130x 145 - técnica mixta s/lona

origen 1 29,5x42 - ténica mixta s/papel

origen 2 29,5x42 - técnica mixta s/papel

Tornasol, 130x145 - técnica mixta s/lona

Origen 8, 70x70 - ténica mixta s/lona
